El diputado aliado del Gobierno, José Luis Espert aseguró que ese sistema impidió a la provincia tener otras actividades que le generarían ingresos genuinos.
En medio de la discusión por el ajuste fiscal y el recorte de gastos que viene realizando el Gobierno, el diputado nacional José Luis Espert, uno de los aliados más cercanos al presidente Javier Milei, reclamó hoy terminar con una serie de beneficios impositivos de distintos sectores, entre los que destacó el régimen de Promoción Económica de Tierra del Fuego.
El economista afirmó que “hay tres corporaciones, que hoy el presidente llama ‘la casta’, que se han fumado en pipa un país entero: la política, la sindical y parte de la empresaria”, y advirtió que “acá la manera de hacerte millonario en la Argentina es una gran cagada para el país porque es una manera prebendaria, corrupta, de negocios truchos como Tierra del Fuego”.
“¿Hasta cuándo vamos a promocionar Tierra del Fuego?”, se preguntó el economista, y agregó que “a los habitantes de Tierra del Fuego les iría mucho mejor de lo que les va sin la promoción industrial que con la promoción industrial”.
“Por culpa de la promoción, Tierra del Fuego se dio el lujo de prohibir una actividad que le generaría mucha plata de manera genuina como es la cría de salmones. Sabés la promoción hidrocarburífera y minera que tendría Tierra del Fuego sin la putrefacción de la promoción industrial que tiene? Y así podés agarrar todo”, subrayó Espert durante una entrevista con el periodista Marcelo Longobardi en Radio Rivadavia.
Espert también pidió poner fin a “la protección que gozan los textiles, autos, cauchos, cartón, cartulina, que es una cosa increíble. Acá un calzón te sale como un BMW y un auto, que son cuatro chapas y cuatro gomas, te sale como un transatlántico. Estas cosas hay que terminarlas”.
El Régimen de Tierra del Fuego nació en 1972 y estableció un esquema especial de beneficios fiscales y aduaneros para el territorio con el objetivo de fomentar el aumento de la población y el empleo en una región distante y aislada del resto del país, pero de gran importancia estratégica.
La Ley establecía un conjunto de beneficios destinados a disminuir el costo de vida en ese territorio; y un subconjunto de incentivos económicos asociado al denominado “subrégimen industrial”, que regula aún hoy la entrada al territorio continental de productos fabricados en la provincia.
El principal estímulo que reciben las empresas bajo el subrégimen industrial es el crédito fiscal por IVA por cada venta en el resto del país. Como la venta en el continente no está exenta de IVA, este impuesto debe ser discriminado y cobrado en la factura de forma que la empresa compradora lo pueda descontar como crédito en su propia declaración de IVA.