En el Vaticano se llevó a cabo un acto por el 40° aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, que se firmó en 1984 gracias a la mediación del papa Juan Pablo II y evitó un conflicto armado por la disputa del Canal de Beagle.
Esta mañana, el papa Francisco deseó que ese acuerdo histórico sea visto como “un modelo a imitar” ante los actuales conflictos: “Amerita ser propuesto en la situación actual del mundo, en el que tantos conflictos perduran y se agravan”.
El pontífice destacó que el compromiso y la voluntad de paz demostrados por ambos países hace cuatro décadas son un ejemplo luminoso, que prueba que el uso de la fuerza o la amenaza no debe ser una opción en la resolución de controversias.
En ese contexto, llamó a la comunidad internacional a seguir el camino del diálogo, poniendo como ejemplos de dolor humano los conflictos actuales en Ucrania y Palestina, donde “la prepotencia del invasor prima sobre el diálogo”. Y condenó la hipocresía de las naciones que hablan de paz mientras priorizan la industria armamentística.
Durante el acto, Francisco no hizo ninguna mención a la ausencia del canciller argentino Gerardo Werthein, quien explicó que su ausencia tiene que ver con algo que ocurrió durante la cumbre de líderes del G20, en la que hubo “un desencuentro” con representantes de Chile. “Nosotros tenemos un profundo respeto por el Papa, tenemos una muy buena relación con el Vaticano, pero, desafortunadamente, a veces ocurren hechos dentro de las relaciones bilaterales que complican las cosas. En el G20 de Brasil han ocurrido cosas que aconsejaban que esta no era la mejor oportunidad para ir”, señaló el Canciller.
Más allá de eso, el papa Francisco destacó la presencia de representantes de ambos países: “Agradezco de corazón la participación de las misiones diplomáticas en este acto conmemorativo”.
En otro momento de su discurso, su Santidad recordó que cuando se cumplió el 25° aniversario -el 28 de noviembre de 2009- se realizó en el Vaticano un acto “realzado por la presencia de los presidentes de Argentina, la señora Cristina Fernández Kirchner, y de Chile, Michelle Bachelet. En aquella circunstancia, el papa Benedicto XVI puso de relieve como no son sólo dos naciones vecinas sino mucho más, son pueblos hermanos con una vocación común de fraternidad, de respeto y de amistad que es fruto de la tradición católica que está en la base y la historia de su rico patrimonio cultural y espiritual”.
Esta vez la delegación chilena estuvo encabezada por el canciller Alberto van Klaveren, mientras que la argentina quedó representada por Luis Pablo Beltramino. el embajador ante la Santa Sede.