Luego de participar de la Cumbre de la Paz, la canciller Diana Mondino visitó la sede neoyorquina de la ONU para incluir a la Argentina a la lista de países que pugnan por la regulación de la actividad de la pesca en aguas internacionales. El hecho toma relevancia por la masiva afluencia de buques extranjeros que depredan la fauna marítima en la Milla 201 y vulneran el límite del Mar Argentino.
Se trata del Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales, que tuvo la adhesión de 91 países pero la ratificación de sólo siete. Una vez que ese número ascienda 60, se conformará un organismo regulador internacional.
«Dimos un paso gigantesco en la protección de nuestras aguas contra la pesca ilegal e indiscriminada. Este acuerdo será un punto de inflexión en la preservación de nuestro mar más allá de la milla 200. Este gobierno es y será inflexible en la defensa de todo nuestro territorio», celebró la canciller en sus redes sociales.
La expectativa es que la actividad parlamentaria pueda consolidar la iniciativa diplomática que representa la rúbrica del acuerdo. En ese sentido, la Cámara de Diputados cuenta con la Comisión de Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios: en su última reunión, el 29 de mayo, precisamente ratificaron acuerdos, protocolos y convenciones internacionales relacionadas a la navegación de buques pesqueros.
Qué es la Milla 201
Se estima que desde las costas argentinas, la soberanía nacional del Mar Argentino alcanza unas 200 millas. Más allá esa línea es donde se instalan filas de buques extranjeros -con predominancia, de origen asiático- para extractivismo marítimo. Al estar más allá de la plataforma territorial, la actividad es desregulada y se caracteriza por la depredación de la fauna local e incluso por apagones de radares por lapsos de tiempo para vulnerar este límite (lo que se conoce como Zona Económica Exclusiva).
La problemática se acentúa porque, en la milla 201 a la altura de la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia, existe una reserva llamada Agujero Azul, una de las áreas marinas con mayor biodiversidad y cantidad de fauna del mundo. De crearse un organismo global regulador de forma vinculante, se podría constituir áreas marinas protegidas de la pesca con regulación internacional y solicitar estudios de impacto ambiental.