El presidente de CAFIN, Alberto Garófalo, aseguró que las empresas que quedaron excluidas del subrégimen son precisamente las más grandes y las que más mano de obra ocupan. Según datos de julio, “todo el sector textil y confeccionista tenía 687 empleados y si se mantiene firme la decisión de excluir a las cuatro compañías, estamos perdiendo 470 puestos”, dijo. Las empresas que judicializaron sabían que iban a quedar fuera del régimen y podrían seguir trabajando si consiguen un recurso de amparo. También la vía judicial podría ser una opción para Fabrisur y Australtex, mientras se tramita el recurso de reconsideración ya que, de lo contrario, tendrán que pagar la garantía y devolver los beneficios.
“Como todos saben, han quedado afuera de la prórroga cinco empresas textiles y confeccionistas, una de ellas ya no tiene actividad, sabíamos que no iba a ser incorporada y aquí no hay que lamentar ninguna pérdida de puestos de trabajo. De las otras cuatro, dos están afuera en forma deliberada, porque uno de los requisitos para acceder a la prórroga era renunciar a todo juicio contra el Estado, y ellos presentaron la solicitud de prórroga al mismo tiempo que presentaban una demanda por inconstitucionalidad del decreto que otorgó la prórroga, así que es un tema que se va a dirimir en tribunales. Salvo que consigan un amparo, entendemos que va a ser difícil trabajar”, manifestó Garófalo.
El presidente de CAFIN, sostuvo que “en cuanto a las dos restantes, que son asociadas a nuestra cámara, que son Fabrisur y Australtex, son casualmente las dos fábricas más grandes del sector. Entendemos que la interpretación que hace la autoridad de aplicación a partir de la comunicación de la AFIP sobre la existencia o no de deudas no es correcta. No hablamos de incumplimientos con el régimen en lo que hace a las variables que hay que respetar, como es producción, inversión y ocupación, sino una cuestión tributaria que es muy discutible».
Agregó que «Fabrisur dice que no tiene ninguna deuda y de hecho presentó una certificación de un contador independiente mostrando que no salta ninguna deuda exigible, pero la secretaría le pide un certificado de AFIP que todos sabemos que no otorga. Mientras tanto la dejaron afuera y estamos tratando de buscar una solución a ese problema».
En el caso de Australtex «hay una cuestión aduanera por el período que la empresa trabajó con amparo y al momento que queda afuera del régimen no había ninguna notificación de deuda exigible por parte de la Aduana, sin embargo quedó afuera igual».
«Recién después de todo esto la están notificando y es una instancia que se discute en la faz administrativa con el organismo de turno para llegar a un acuerdo. Si la empresa no sale airosa en su reclamo del punto de vista tributario, pagará lo que haya que pagar. Al momento que la dejan afuera no había una exigibilidad en poder de la compañía, por eso todo esto va a ser discutido”, dijo Garófalo.
Ejecución de garantías
Dado que las textiles venían operando con seguro de caución, el referente textil advirtió que “las empresas que quedan afuera, quedan en situación de que les sea ejecutada la garantía. Las empresas sabían a qué se exponían pero obviamente nadie pensó, por lo menos en el caso de Fabrisur y Australtex, que iban a quedar fuera del régimen. Las dos están integradas a la cadena de valores del continente, son proveedoras de un sistema que se continúa en el continente y ahora quedará interrumpida esa provisión y este es un problema que también va a afectar a empresas del continente”,.